ANGEL JOEL MÉNDEZ LÓPEZ
Se repiten constantemente los
mismos errores en diferentes contextos mundiales. Las crisis que hace décadas
se cebaron con los países de Latinoamérica, hoy se manifiestan con
características e impactos similares, en una Europa que se dejó engañar con falsas
promesas y con cantos de sirenas manipulados.
Los pobres históricos de la
Tierra ya saben lo que es mal-vivir sufriendo en carne propia de crisis, de
tormentos y de períodos especiales, pero cada vez se encuentran en el camino
nuevos pobres, nuevos hermanos o compañeros de sufrimiento, nuevos precarios,
nuevos prescindibles y excluidos, muchos de los cuales poco tiempo atrás se
jactaban o vanagloriaban de lo bien que les iba la vida que llevaban a cuesta.
Mañana las crisis se cebarán
con otros países y sembrarán el pánico en otras latitudes. Los responsables de
su existencia y perpetuación utilizarán términos similares y pretenderán
obtener los mismos resultados que han alcanzado en otros escenarios sociales:
llevarse el botín y ampliar los gananciales al costo que sea necesario.
Las estrategias de
manipulación, de engaño y chantaje son similares y todas las víctimas tienen
rostro humano, todas las víctimas tienen nombre propio y sufrimiento concreto;
son mucho más que numerales y estadísticas que
tratan de reflejar, sin lograrlo, la compleja y lacerante realidad de
vida en la que se ven envueltos seres humanos concretos. Todas las víctimas han
nacido de un vientre materno, han respirado aire y han tenido sueños.
Sabemos que nos conducimos por
el camino menos sostenible de todos y seguimos en la misma dirección,
pendientes de la misma cuerda que de tan endeble que es, nos hace tambalearnos,
nos hace estar siempre al borde del precipicio. Estamos sometidos a los mismos
ejemplos y a las mismas fuerzas maquiavélicas de antaño, pero poco hacemos por
reformular la situación. No aprendemos y tal parece que no queremos aprender
(de) las lecciones vitales.
Nos hemos auto-declarado
impotentes. A veces incluso nos escudamos en esta auto-declaración para
salirnos con la nuestra. Tenemos que mostrar que somos listillos y a veces no concientizamos que quienes nos
manipulan, no tienen ni un pelo de tontos.
Guerra de guerrilla abierta,
pero en un terreno disfuncional e infértil a nuestros intereses y
posibilidades. Contrincantes con unos recursos superiores a nuestras
posibilidades reales de victoria. No aprendemos y continuamos actuando del
mismo modo que históricamente no nos ha dado buenos dividendos, al menos para sobrevivir.
Grandes tanques pensantes
colocados a favor de los intereses de poder, que quieren hipotecar y endeudar
con políticas agresivas a todas las sociedades y personas posibles. Bancas
insolidarias con exceso de liquidez, que se ponen en manos del capital
financiero global: un capital financiero que responde a los intereses de los
grandes oligarcas.
Recortes en Educación, en
Cultura, en Deporte y en Servicios Sociales. Reducción del déficits y reformas
estructurales. Leyes abusivas, discriminatorias y criminales. Omnipresencia de
la austeridad que se transforma en austericidio. Políticas económicas que no
son neutras, sino que sirven a los intereses de las multinacionales, de las
oligarquías y se colocan en función de los beneficios del capital. Capitalización de intereses y
crecientes acciones ilegítimas e ilegales.
Estamos siendo cómplices de un
mega-abuso del capital sobre las personas, donde se pierden vidas, se pierden
proyectos, se pierden casas, se pierden sueños. Y también somos culpables de lo
que nos ha sucedido. La culpa no solo debemos buscarla siempre afuera, porque
no está solo ahí. Seamos humildes y valientes, aprendamos y rectifiquemos
mientras haya tiempo para hacerlo.
Nos están haciendo
funcionales, en términos culturales, ideológicos y de psicología social, a los
intereses del capital financiero internacional. Un capital financiero que se
soporta sobre recetas y fórmulas que no piensan en las personas, sino que se
soportan sobre lógicas e intereses para los que los seres humanos no son
importantes en cuento tales.
Los
paquetes de salvamento a las crisis que han creado los propios organismos
internacionales, heraldos de los
poderosos de turno, nos han clavado en el medio de nuestros pechos un
dardo que nos va desangrando poco a poco, para que simulemos estar vivos
mientras le devolvemos todo el crédito que nos adelantaron, mientras se reían
en nuestra propia cara por lo ignorantes que fuimos. Los abusos del capital se
han cebado con los seres humanos y también somos responsables. Aprendamos y
actúenos de un modo diferente, no cometamos los mismos errores de manera
infinita. Aprendamos.