Nadie puede salir de su casa.
Todos debemos quedar encerrados .Salvo para comprar alimentos o remedios .Solo
aquellos expresamente autorizados, personal de salud, entre otros podrán
circular .No estamos en guerra, no hay estado de sitio, hay cuarentena .Nos
hemos habituado al termino en pocos días. PERO HOY, COMENZAMOS A PRACTICARLO.
La sensación de temor, de desconcierto frente a lo desconocido nos
invade. Nunca vivimos una experiencia semejante .No solo somos nosotros, es el
mundo entero .Nuestro enemigo es un virus, no sabemos demasiado, solo su avance
devastador.
Frente a esto que debemos hacer frente todos ,es necesario que
actuemos con serenidad y con esperanza. Muchos miedos nos asechan, es humano
sentirlo, pero valientes no son los que no temen sino los que vencen el temor.
Miremos el futuro con esperanza. Nos han dicho que quedándonos en
nuestras casas, ayudamos, hagámoslo .Siempre se nos dijo que debemos dar una
mano al que lo necesita, un abrazo al que está solo y angustiado. Hoy la
consiga parece diferente, aislamiento social, distancia, no contacto físico con
las demás personas. Parece absurdo, pero frente a esta nueva amenaza, aislarse
es ayudar a los otros y a nosotros mismos. Felizmente en medio de este panorama
casi de película de ficción, tenemos tecnologías que podemos y debemos usarlas
.El teléfono, las redes sociales, los correos electrónicos y tantas otras
cosas, nos permiten estar juntos, sin violar las necesarias medidas de
restricción. Debemos usarlas de manera frecuente y creativa. Se me
ocurren algunas cosas que muchos ya están haciendo, pero es importante recordarlas
y ponerlas en práctica:
1) No comunicar falsedades ni noticias catastróficas.
2) Utilizar el humor respetuoso, que nos ayuda a reírnos de
nuestras dificultades.
3) Comunicarnos mucho con nuestros conocidos amigos, parientes y
vecinos. Pero reservar un lugar y tiempo especial para aquellos que están
solos, enfermos ,angustiados. Ubiquémoslos y mandemos un mensaje de esperanza.
Tenemos mucho tiempo en este encierro involuntario, hagamos una pequeña lista y
dediquemos una buena parte de nuestro tiempo en hablar y transmitirles
esperanzas.
4)No nos sumemos a las cronistas de desgracias y no seamos
productores o reproductores de noticas de muertes y calamidades.
5)Miremos el futuro con esperanza. No se como será el mundo de
mañana, pero es posible que las tristezas de hoy, nos ayuden a redescubrir
tantas pequeñas cosas que hemos dejado de valorar.
Uno de mis hijos, me decía hace pocas horas, todo esto parece un
sueño. Y es cierto, que deseamos que alguien nos despierte y nos diga ,no
pasa nada. Igual que nos decían de niños cuando despertábamos de una
pesadilla. Pero no hay, quien nos despierte .Esta experiencia que estamos
viviendo, es real y hay que afrontarla . Todos, cada uno de nosotros, debemos
hacer algo. Los médicos y científicos buscan la cura, los gobernantes,
dictan las medidas que estiman correctas, los ciudadanos ,deponemos rencillas y
nos disponemos a trabajar juntos, los comunicadores a ser portadores de
comunicación veraz y esperanzadora. Los creyentes, oraremos, los no creyentes
pondrán lo mejor de sus ideas para crear esperanzas. Los viejos aportaran
paciencia, adquirida frente a muchas batallas vividas, los jóvenes a cultivar
la alegría, los niños a continuar con su despreocupada inocencia. En fin, todos
tenemos algo que dar y debemos darlo es este momento difícil. Confío y espero
en que el mal sueño pasara y podremos seguir persiguiendo otros sueños
de
un mundo mejor.
Escrito en las primeras horas de
la cuarentena ,tratando de construir esperanza.(20 de marzo del 2020)