En función de lo antedicho, cooperativizar creativa e innovativamente la elección y dignidad de adultos mayores, puede motivar, estimular y enriquecer cronológicamente esta etapa de la vida, así como brindar alternativas para encontrar un nuevo lugar, el más agradable posible para vivirla.
El coronavirus nos ha replanteado un nuevo estilo de vida. Si bien mucha “gente grande” ya tenía previsto mudarse de grandes ciudades a lugares más pequeños y tranquilos, lo peor de la pandemia del Covid-19´ sumada a las posibilidades que ofrecen vg., el teletrabajo o home working, studying at home, home banking, professional services at home vía internet, cinema, art and theater by sum or skype, zoom, etc.; aceleraron y mucho la materialización de tal previsión.
Antes que nada y dada la posible impresión que se trata de una propuesta solamente para la tercera edad, me apresuro en aclarar que la misma está abierta a todas aquellas personas mayores que tengan espíritu cooperativo estimulado por estas circunstancias pandémicas de angustia e incertidumbre, decidiéndolas entonces para abandonar su ubicación y condiciones edilicias domiciliarias actuales.
Casualmente la Carta encíclica “Fratelli Tutti” del papa Francisco (Italia, Asís, 03/10/20´) sobre “la fraternidad y la amistad social”, no soslaya la encrucijada actual de nuestros adultos mayores, tantas veces abandonados u olvidados a merced de toda decrepitud, que los desprecia, despersonaliza y descarta.
Como agudamente advierte Francisco en ´Fratelli Tutti´, los adultos mayores que por alguna limitación a veces se sienten como una carga, siempre pueden darse en «una contribución singular al bien común a través de su biografía original»
Nuestra propuesta cooperativa se propone auspiciar un entorno sociabilizante, placentero y plausible para un envejecimiento distraído, útil y disfrutable, que active o despierte atributos, facultades, talentos, destrezas u oficios “dormidos u ociosos”, inherentes a cada adulto mayor.
Proponer cooperativamente “ese” envejecimiento digno, vívidamente activo, altruista, de autogestión y mancomunidad, de hospitalidad, de cercanía y reciprocidad; es tratar de aproximarnos a esa fraternidad que el papa Francisco nos propone y recuerda a todos.
Pensar una vejez sólida y satisfactoria, es abrevar en la raíz etimológica de la palabra solidaridad. La solidaridad, en el significado ético-político que esta ha asumido en los últimos dos siglos, la cual nos brinda la posibilidad y la oportunidad de una construcción social, cooperativa y decorosa, segura y firme para los inexorables últimos años de la vida.
Fraternalmente como anticipé, pienso que tenemos que pensar en la dignidad de nuestras personas mayores, especialmente en aquellas que después de la jubilación, pierden calidad de vida debido a la falta o reducción de recursos financieros suficientes. Para ello, cabalmente, “nuestra cooperativa” puede ser una excelente solución, posible y disponible.
Estatuto y reglamentos cooperativos internos mediante, gradual y paulatinamente cada adulto mayor podrá edificar su propia vivienda con recursos propios y acceso a instalaciones comunes equipadas para recibir visitas, disfrutar celebraciones, ejercicios físicos, recreativos u otros concernientes a cuidados y servicios (Vg., salud, enfermería, compras cooperativas de bienes y servicios, dictado de cursos, huertas más todo lo que sume a una convivencia distractivamente solidaria, fértil y fecunda para el logro acompañado de sueños, proyectos e ideas, cuantas veces postergados, total o parcialmente).
Resumiendo, un novedoso, atractivo y replicable modo cooperativo de vida y convivencia para adultos mayores que les facilite desbloquear y despejar en lo posible, la realización de una vida plena y responsable; favoreciendo y propiciando autonomía e independencia personal, con el propósito de diluir todo prejuicio o discriminación como el sentirse un gravamen para su familia, la sociedad o el erario público.
Final y adicionalmente, nuestra Constitución Nacional en su artículo 75° inciso 23 promueve medidas de acción positivas que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, como el pleno goce y ejercicio de los derechos con discapacidad y ancianos.
Roberto Fermín Bertossi