Miércoles, 6 de Noviembre de 2024
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22/11/2020

UN TREN SIEMPRE ESTA PARTIENDO…


por Rodolfo Romero


       Este artículo escrito por el veterano dirigente sindicalista y luchador por la libertad paraguayo Rodolfo Romero-RORO- es la segunda parte del artículo anterior "Lo desconocido en el itinerario" que publicamos en nuestra Revista RIDAA (nº 76-77,otoño de 2020,pp.63-74).Y lo pueden leer en la versión digital de nuestra Revista (www.ridaa.es).

 

Por  Rodolfo Romero  RoRo.

Equipo CLATE INCASUR UNE SN UNTE SN COLACOT CAPYME

 

En nuestras vidas, en cada espacio tiempo, en cada tierra arada y sembrada, EN CADA ARBOLEDA, en la entraña del útero perforado misteriosamente, como en cada cosecha de un nuevo parto, en sus insólitos esquineros, existe una estación, que indica el punto de partida de un tren que esta partiendo. Es el tren de la vida y de la muerte, dos vocaciones inseparables. Sus avisos de salida, su terquedad, su marcha y su velocidad, no depende de nosotros. Su trocha es angosta y es ancha.

 

Es un dictado biológico, un lenguaje de la naturaleza, un pestañeo del UNIVERSO, que tiene su lenguaje propio y que, al parecer, su estallido cargado de violencia, es lo que heredamos.

La violencia nos enreda el itinerario. La PAZ es un anhelo perpetuo.

 

Con terremotos, incertidumbres, interrogantes, o tiempos de enamoramiento, en cada alba y en cada ocaso, un tren siempre esta partiendo, desafiando nuestro apasionamiento, apareamiento, impaciencia, maquinaciones y nuestro propio movimiento tropical.

 

Somos seres marcados por la astronomía digital.

Nuestras moléculas definen nuestro SER. Nuestro cerebro con el corazón, lo palpita y conduce.

 

Es como si un big bang lo impulsara. Siempre estamos cruzando el umbral de la vida, única manera de luchar y encontrarnos con la muerte, nuestra obsesión final.

 

Nuestro tren, al iniciar su marcha, es inevitable que parta hacia un mañana lleno de interrogantes, con itinerario desconocido, sin horario y sin aduanas, atravesando cuantos veranos, otoños, inviernos y primaveras se le antoje.

 Se lleva todo el peso de nuestra resiliencia, de nuestras verdades y mentiras, de nuestro silencio, de nuestras palabras aun no pronunciadas y de nuestro gesto ensimismado, que solo intenta preguntarse, de donde venimos y a donde vamos.

Somos ASOMBRO Y ALGO MAS…

 

En cada partida, después de registrar nuestras huellas digitales, algo será inevitable: después de aunar mucha energía con audacia y prudencia, nunca sabremos donde se ubica la estación final, pero el viaje será al mismo tiempo, taciturno e inolvidable, con unos aleteos de mariposas muy despiertas, romeros en floración y azaleas muy coloridas, que entre el bien y el mal, con las tristezas y las alegrías que siempre nos acompañan durante todo el recorrido, no tendremos tiempo para el bostezo. Tenemos una sed insaciable de experimentarlo. La vida es una pasión inconmensurable. La muerte siempre esta en acecho, buscando sorprender.

 

Y entonces, nuestro cerebro, nuestro corazón y toda la amalgama de nuestras redes neuronales y emocionales, como la dulzura, lo amargo y lo agridulce, se convierten en cómplices de nuestro destino, que puede aguardar contento, pero siempre estando insatisfecho.

 

En cada vagón, como por arte de magia, nos interrogaremos durante todo el camino, y ninguna respuesta podrá ser la definitiva.

Pero un pensamiento y una imaginación comunicacional, trazara su propia bitácora, invitándonos a dialogar, intercambiar, polemizar y hasta coincidir amigablemente. El rechazo al otro y del otro, será nuestra primera muerte.

 

Una evidencia resaltara, que siempre nos acompaña un misterio insondable, que ni la razón individual o comunitaria, ni la intuición femenina, podrá descifrar, y que, en cada estación, renovara el sentido de la energía que estalla en nuestro interior, como un fogón que se prende y se apaga, atormentando y seduciendo nuestra conciencia y nuestra existencia social.

 

Es entonces, que nos vamos descubriendo, hasta con picardía, por dentro y por fuera: MUJER Y HOMBRE, HOMRE Y MUJER, SOMOS SERES VULNERABLES, INTREPIDOS Y PASAJEROS DE LA DIVERSIDAD * ETERNIDAD.

 

No siempre sabremos de donde venimos y hasta donde llegaremos. Lo enigmático define nuestra identidad y entidad. Pero nos afanamos con tesón. Existe una disputa sobre nuestra vida, como queriendo desgajarnos de la tierra fermentada y entregarnos a un cielo estrellado de nuestra misma galaxia.

Pareciera que simplemente, somos pasajeros etiquetados como un arquetipo, pero desconocido, sin tarjeta de crédito. Por eso, en la vida, somos DEUDORES EMPEDERNIDOS.

La DEUDA EXTERNA nos acompaña siempre.

 

El tren de la vida, desde la partida, juega con nosotros. Nos zarandea y hasta nos amenaza y desocupa, musitando que puede llevarnos o dejarnos por el camino, mas allá de nuestra voluntad. Es entonces que cautiva nuestra imaginación y nos proyecta mágicamente hacia un futuro de ensueños, pero incierto.

 

En esa disyuntiva, que traza perspectivas novedosas, nuestras especulaciones, querencias y nuestros símbolos, con tristezas y con alegrías intensas, van amasando y adornando, como se amasa el pan casero, pintando con personalidad propia, todo nuestro itinerario.

 

En los andenes del tren en que nos hemos embarcado, la concupiscencia y la virtualidad, se disputan los mejores asientos y  van encadenando nuestros deseos voluptuosos y pasiones atinadas y desatinadas, en un ritmo al mismo tiempo, armonioso y contradictorio, ya que todos nuestros planes y cavilaciones, nuestras sublimaciones y querencias, casi siempre atormentada y agridulce, que sin visa y sin pasaporte, va pautando lo que somos, lo que sentimos, lo que soñamos, lo que vamos haciendo y recreando, que afirma una IDENTIDAD, UN PROYECTO Y UN COMPROMISO DE LUCHA CON ESPERANZA.

El recrear e INNOVAR, nos viene de la inteligencia múltiple, de la familia y de la escuela.  Aprendemos jugando y haciendo, inventando. Todo luego se traduce como experiencia, conocimiento, educación, cultura, sabiduría.

 

Lo que en esta vida ponderamos, aceptamos y rechazamos, y lo que, de una manera muy singular, lo que deseamos, lo que imaginamos y creamos, lo que apasionadamente queremos y cristalinamente amamos, pareciera que siempre se nos escapa de las manos… ¿ACASO SIEMPRE NO TERMINAMOS CON LAS MANOS VACIAS…?

Vivimos con cierta nostalgia y con cierto apasionamiento, al parecer aespacial y atemporal.

El espacio tiempo, pareciera tener una morada incierta, como la materia y la energía.

 

Nuestra vida, semeja a los vagones del tren. Van llevando y dejando las cargas, casi en anonimato.

 

Entre pasamanos del alba y trasiegos del ocaso,  van estallando lo que profundamente anhelamos, y entonces, se asoma un nuevo misterio: van desfilando, a lo largo de nuestra niñez, juventud, adultez y etapa cuaternaria, los aciertos, los errores, los desengaños y los segundos maravillosos, que nunca tendrán explicación, pero que la palpitamos y atesoramos en el cerebro, en el corazón y en la memoria, de una manera especial, será nuestra propia historia, que lo recogerán nuestros herederos, que también lo intercomunicaran con raíces y con alas henchidas de polvareda, desafiando la tolvanera del camino.

 

Asi, vamos descubriendo, a lo largo de los años, que existe un AMOR Y DESAMOR fluctuante, que nos acompaña siempre, y que no siempre la sabemos degustar con las papilas gustativas, e incorporarlas en las reconditeces del alma.

Debemos reaprender el significado profundo del SERVICIO Y DEL AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS.

 

Siempre existe un llamado. No tengamos miedo en experimentarlo. Vivimos una sola vez y no existe el tren de regreso. Adán y Eva lo confirma. La muerte, como un premio o un castigo, estará aguardando. Pero en el sistema solar, nos dicen que pudiera darse la resurrección o la reencarnación. La fuerza de atracción de la gravedad, energía universal, podrá descifrarlo, indicándonos donde y cuando.

 

Vivimos atando y desatando vínculos, entre los vecinos, los padres, los hermanos, los hijos, los nietos y los abuelos, que ya están llegando a la estación terminal, con mayor o menor intensidad, regurgitan su impaciencia, aprendiendo de los arroyos serenosos, más que de los ríos tempestuosos, a surcar las montañas, planicies y curvaturas del terreno y recorrer las orillas de nuestras sinuosidades, con la firmeza, dudas, encanto y desencanto que nos caracteriza.

 

En ese trajín de mucha intensidad, en nuestro tren, vamos cruzando los puentes y los carriles, que nuestro propio destino ha sembrado en nuestro camino, CON LA INCERTIDUMBRE DE TODO PEREGRINO.

 

Los-las guardias del tren, nos va indicando, que esta en juego, en cada momento de nuestras vidas, una lejanía y cercanía, un DIOS o LA NADA, un ODIO o un AMOR, una ENEMISTAD o un AMIGO, que estalla en nuestro interior y que debemos saber descifrar, para afirmar nuestras prioridades y evitar apasionamientos desacertados o querencias inciertas.

Saber DECIDIR será siempre un desafío de la vida.

 

Necesitamos encaramarnos a un PROCESO DE AUTOGESTION, para aprender a ser dueños de nuestro destino. Nadie puede sustituirnos.

La actual pandemia, nos indica con vehemencia, que mas que nunca, la AUTOGESTION es un aprendizaje necesario para remontar la cuesta.

 

Pero nuestra tozudez, tiene verticalidad y horizontalidad, es como una cruz, que nadie puede captarla en toda su implicancia, intencionalidad y profundidad. Es lo desconocido que llevamos muy dentro de nosotros, cada ser viviente.

 

Es cuando nos atrevemos a preguntar: ¿Quién puede definir quienes verdaderamente somos, por que nuestra dignidad es tan decisiva y nuestros derechos son irrenunciables…somos mas que simple materia en este valle de tantos desafíos, para el que, desde nuestra concepción y el nacimiento, nos destinan sin contar con nuestra aprobación?

 

No olvidemos: EL YO ES PLURAL y EL DESTINO ES INCIERTO. Por eso la vida que es lucha, sigue siendo una AVENTURA COMUNITARIA CON UN RESPLANDOR MAGICO.

 

¿Acaso no pertenecemos enteramente, al mundo de lo desconocido, de lo turbulento, de lo ignoto…de lo maravilloso?

 

Es entonces que nuestras divagancias, se pasean por nuestros sentidos, acarician nuestros órganos vitales, sonrojando nuestros rostros y cimbroneando todo nuestro cuerpo. Nuestra piel sabiamente, teatraliza todo.

Mientras, la inteligencia múltiple de nuestro cerebro, aprende y enseña, sin remordimiento.

 

Nuestro rostro, nuestras miradas, nuestros labios, nuestro tórax, nuestro hígado y riñones, nuestros intestinos y nuestra sexualidad, acompasadamente, se plantean la razón de ser de nuestras vidas y la enorme responsabilidad de garantizar la continuidad de la especie humana. Entonces nos preguntamos:

¿Sera que los hijos y los nietos, justifican nuestra existencia y nuestro recorrido en nuestro planeta, que sabemos es un vagabundo?

 

Es cuando debemos recordar lo que nos dice el poeta de la vida: *LOS HIJOS NO SON TUS HIJOS, SON LOS HIJOS DE LA VIDA…*

 

Debe ser por eso que, en la vida, no muere nunca un ardor juvenil y una pasión afiebrada, acechando el gusto, el propio tormento y el posible festín.

 

El ALBA y el OCASO, representan misteriosamente, los extremos de nuestro despertar y dormitar, sin saber nunca, hasta donde y hasta cuando, seguirá amaneciendo y obscureciendo en nuestro trajinar.

Entonces nuestra tarea por el camino es imparable: DESPERTAR A LOS DORMIDOS Y ORGANIZAR A LOS DESPIERTOS.

 

El TREN DE LA VIDA, podrá llevarnos, _siempre en marcha hacia la eternidad, donde se encuentra gozosamente con la materia y la energía, que se transmutan, ya que son intercambiables, pero sin poder decirnos, en que Estación desembarcaremos, en que Estación nos abandonara definitivamente y si será generoso al recordarnos u olvidarnos para siempre.

 

Inevitablemente nos iremos preguntando:

¿Sera en la hora nona…

Sera en el destiempo…

Sera en el apocalipsis…

Y la economía y las finanzas, en que lugar podremos rendir las cuentas…ya que no se sabe ¿donde tiene su guarida la política…?

¿Sera cuando reaparezca el alba, sin la perturbación del ocaso…o cuando nuestro amigo la muerte, tome su decisión muy planificada y mortal?

 

Algo siempre aprendemos gracias a nuestros antepasados. Nuestra batalla principal siempre se da entre la LUZ del ALBA Y EL OCASO y su NOCHE, en un despertar misterioso, y en un dormitar siempre incierto, pero CREATIVO.

 

Todo ocaso tiene al final un lenguaje opaco:

 

QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS.

 

En cada ALBA, siempre surgen los momentos especiales, las caricias oportunas, ancestrales, tanto por una cierta ironía, como por su sonrisa amorosa, juguetona, representando lo maravilloso que es la vida, por su cortedad que lo sublima y hasta pretendiendo burlarse de la eternidad.

 

Solo nuestra galaxia puede vivir millones de años.

 

El OCASO se encarga siempre, de guardar lo que queda de nuestra intuición y de las huellas dactilares, que se graban en nuestros sentidos, pudiendo así, proporcionar al cerebro y a nuestro corazón, las pulsiones y las estaciones que hemos recorrido, los aciertos que hemos logrado y los errores que hemos cometido, permitiendo a la memoria, vigilante del cerebro, registrarlo y si es posible, guardarlo para siempre, sabiendo que también olvidara las obstinaciones y los descarrilamientos, que como una cruz, nos  acompañan, sabiendo que siempre existe un posible sacrificio de expiación.

 

Pero nos llevaremos en las huellas dactilares, en el talón de Aquiles y en las fibras musculares, la mediocridad y la tumba del odio con todos sus vericuetos, y en oposición, nos guardaremos para siempre, la búsqueda de la excelencia y el beso de nuestros padres, de nuestra amada-o y el AMOR DE NUESTROS HIJOS Y NUESTROS   NIETOS.

 

La batalla entre el odio y el amor, la gana EL AMOR CON LA CRUZ A CUESTA.

 

La vida esta hecha, para sortear el mundo de lo desconocido, en un proceso maravilloso de AUTOGESTION, que derrota al individualismo y a la soledad, para amamantar los misterios comunitarios del destino humano.

 

Es por ello que será siempre difícil, comprender y entender, por que alguien, clandestinamente, penetra en nuestro interior y hace vibrar traviesa y amorosamente, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro, que es mas que una ilusión.

 

Es la otra o el otro viajero, que se monto en el mismo tren, que nos perturba con la misma incertidumbre, pero también, con una fe y esperanza a toda prueba.

Y es que tiene nuestra misma vocación, entonar con nosotros, las letras y la musicalidad de tres viejas y nuevas canciones: ALMA LLANERA, ZAMBA DE MI ESPERANZA y MI PATRIA SOÑADA!

 

ASI, redescubrimos una verdad simple:

 

UN TREN SIEMPRE ESTARA PARTIENDO, SI NOSOTROS YA NO LA OCUPAMOS, LOS ASIENTOS PERTENECERAN A NUESTROS HIJOS, A NUESTROS NIETOS Y A NUESTROS TATARANIETOS …

 

ES LA UNICA MANERA DE INTENTAR DESCIFRAR, LA RAZON DE SER, DE NUESTRO VIAJE EN EL TREN, QUE NOS CONDUCE ARREMOLINADAMENTE, MUY PROXIMO A LA ETERNIDAD, DONDE NOS AGUARDA CON TODAS SUS INTERROGANTES Y RESPUESTAS ESQUIVAS, EL DESTINO HUMANO.

 

Compartimos la visión señera de Jose Marti, el APOSTOL DE LA LIBERTAD:

 

¨LA GRANDEZA DE UN HOMBRE NO SE MIDE

POR EL TERRENO QUE OCUPAN SUS PIES,

SINO POR EL HORIZONTE QUE DESCUBREN

SUS OJOS¨

 

Me parece oportuno incorporar un pensamiento que siempre me ha acompañado y que expresamos con humildad:

 

EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE, LA CONSIGNA ES VOLVER A CREER PARA VOLVER A CREAR.

 

Es axiomático: Hay un tren que siempre

          esta partiendo…y la generación de relevo, esta haciendo su reserva…

 


UN TREN SIEMPRE ESTA PARTIENDO…




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