Viernes, 29 de Marzo de 2024
<<A la búsqueda de esa hora futura en la que la libertad sea protagonismo de los ciudadanos>>
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28/06/2022

LA DEMOCRACIA DESAFIADA


por Ricardo Del Barco


Al iniciar este trabajo quisiera recordar dos afirmaciones de origen periodístico. La primera, pertenece a una chilena lucida, Lucia Santa Cruz quien en su columna del Mercurio sobre el tema que nos ocupa decía que:

“La primera reflexión que surge es que, al contrario de lo que muchas veces se presume, la democracia representativa no es algo que pueda darse por descontado, pues, es una anomalía en la historia de la humanidad. Solemos olvidar que por miles de años la normalidad era la miseria material, la precariedad y el sometimiento de la mayoría a la opresión de unos pocos. Los derechos humanos, el crecimiento económico en el planeta, la prosperidad, la posibilidad de reducir la pobreza, son fenómenos nuevos de la modernidad, ligados a esta revolución intelectual promovida por la introducción de la idea lockiana de gobiernos emanados del consentimiento ciudadano, con atribuciones limitadas y con una polis integrada por personas todas iguales ante la ley. La representación de un individuo que es sujeto de derechos personales y civiles inalienables, con un espacio privado e íntimo, salvaguardado de la intrusión pública, emancipado de la tuición que ejercían sobre él la tradición, la colectividad y las autoridades soberanas por derecho divino, son todos conceptos nuevos, revolucionarios, ligados a la modernidad.”[1]

La segunda pertenece a un periodista cordobés, Sergio Supo, quien afirmó, con motivo de una reunión de más de treinta dirigentes, politólogos, economistas y periodistas dibujaron en conjunto esa definición, reunidos por Idea (Instituto para la democracia y la asistencia electoral) en el círculo de madera de la Sala Celso Furtado de la Cepal, a orillas del rio Mapocho que:

“La democracia es una joven latinoamericana que entra a la madurez sin ocultar su orgullo por su consolidación y resiliencia, pero a la vez preocupada y nerviosa por los desafíos de estos tiempos de incertidumbre. Teme perder parte de lo conseguido y espera adaptarse, aunque con retraso, a la descomunal transformación que producen en la economía mundial la revolución de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial.”[2]

La primera de las citas anteriores no recuerda algo que muchas veces tendemos a olvidar, la democracia es una flor exótica en la historia de la humanidad y como tal debe ser cuidada de manera especial. La segunda cita nos pone frente a esta ambigua y compleja situación que combina orgullo por al consolidación y temor frente a nuevos tiempos de incertidumbre

 

 OPINIÓN, IDEAS DE AMÉRICA LATINA

Iniciamos pues este análisis con el moderado optimismo por lo conseguido y una reflexiva preocupación por desafíos que deben ser estudiados y enfrentados con lucidez y realismo, los enumero, ellos son

1) La falta de interés de los ciudadanos.

2) La corrupción.

3) La falta de un pensamiento fuerte arraigado en valores.

4) La ausencia de liderazgos ciudadanos.

5) El escaso interés por lo público.

6) La falta de formación política de la ciudadanía.

 

1)    LA FALTA DE INTERES DE LOS CIUDADANOS

Una democracia supone y necesita de ciudadanos. La gran diferencia entre democracia y autocracia, consiste en que, en esta no hay ciudadanos sino súbditos.  El ciudadano pregunta y exige  razones acerca del sentido de los mandatos, El ciudadanos está atento al respeto de las leyes y cuestiona los mandatos sin razón. En cambio en la autocracia los subimos obedecen por temor o por acostumbramiento. Por ello, la ciudadanía se basa en un  sistema de diálogos, entre gobernantes y gobernados. Diálogo entre gobernados que tiene visiones distintas y a veces contradictorias. El monólogo de los gobernantes es un indicador claro de autocracia. Diálogo que  no supone ausencia de autoridad sino por el contrario, es la presencia de la auctoritas, es decir autoridad como poder moral y no simple y desnuda potestad. La ciudadanía está muchas veces unida a una situación de incomodidad, ya que nos exige un esfuerzo serio de participación, cambiado nuestro rol de espectador para implicarnos en la tarea del hacer, sin tener nunca el éxito ni el reconocimiento asegurado. Pero este es el riesgo y el precio de la libertad. Albert Camus con extraordinaria lucidez dijo que: <>.[3] El desinterés ciudadano suele ser la coartada fácil para eludir responsabilidades. Pero es también el mejor caldo de cultivo para la implementación de las autocracias y las tecnocracias que acechan nuestras democracias, dejamos el manejo de los asuntos públicos en mano de otros y estos más temprano que tarde  nos cobran la factura en nombre de haber asumido esas responsabilidades que en principio son nuestras. De nuevo la cita de Camus <>.

Las democracias pueden perderse, nunca puede decirse que un régimen democrático es inmodificable. Es necesario vigilar por su mantenimiento y responder con prontitud e inteligencia a los desafíos señalados.

Parafraseando el dicho atribuido a la madre del último rey moro de Granada, cuando este entregaba las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos, cuando caen las democracias por la desidia ciudadana, podríamos decir “llora como esclavo lo que no supiste defender como ciudadano”.

 

2)    LA CORRUPCION.

Podría intentar definir que es la corrupción, pero prefiero caracterizarla a la manera de los clásicos y decir que, es la apropiación de los bienes de la polis para llevarlas al oikos.

La ventaja de esta caracterización es que además de dar cuenta de la naturaleza de la misma, se consustancia con la percepción ciudadana que ve de manera constante y reiterada que las fortunas personales de los gobernantes y sus allegados crecen sin explicación y motivo alguno. Personajes que ha llevado una vida modesta y de estrecheces, generalmente sin destacarse en ningún aspecto  del saber profesional, poco tiempo de acceder a un cargo, cambian de manera visible y en general ostentosa .su nivel de vida .A poco de instalarse se advierte el cambio, pero al transcurrir el tiempo y al calor de sucesivas reelecciones, pasan a conforma una verdadera oligarquía. La praxis política y los medios de comunicación han popularizado el término “casta política” para referirse a los gobernantes y a su desparpajo en la exhibición de las conductas .Pero una vez más prefiero el lenguaje clásico y utilizo el término “oligarquía”. Esta no es solo el gobierno de pocos, sino de pocos que buscan su propio beneficio. Es cierto que la denuncia de corrupción es una arma poderosa en la lucha política y que es utilizada con frecuencia para descalificar a los adversarios. Pero en un análisis comparado de las últimas décadas en la política latinoamericana, sé han podido encontrar reiterados casos de corrupción. Dos factores juegan un papel destacado en la difusión y aumento de este flagelo, la lentitud, ineficacia, cuando no complicidad, del poder judicial y la actitud ciudadana que tiende a normalizar la conductas corruptas Soy consciente que no son la únicas, sino tala vez las mas evidentes y preocupantes. La primera, la justicia, que hace encallar los procesos en largos, farragosos e ineficaces intentos de determinar culpables y castigar conductas. Lo segundo ,a actitud ciudadana que no ejerce la condena social y que se y nos convence de que esto es” inevitable” .Cambio de actitudes, reforma de la instituciones y una reiterada predica de los demócratas, de  que la política es servicio y no negocio. Pueden ser el comienzo de la solución. Cuando me refiero a al predica, no solo digo de palabras y discursos, sino de actitudes testimoniales que demuestren que es posible servir en la vida pública, sin aprovecharse y sin enriquecerse.

3)    LA FALTA DE UN PENSAMIENTO FUERTE ARRAGAIDO EN VALORES

La sociedad líquida que conceptualizó Bauman define el actual momento histórico en el que se han desvanecido las instituciones sólidas que marcaban nuestra realidad y se ha dado paso a una realidad marcada por la precariedad, el ritmo cambiante e inestable, la celeridad de los acontecimientos y la dinámica agotadora y con tendencia al individualismo de las personas.

Soy consciente de que a expresión pensamiento fuerte, puede suscitar muchas discusiones e incluso podría decirse que este es incompatible con la democracia o que alienta sistemas totalitarios. Me explico, pensamiento fuerte lo entiendo como una concepción solida que partiendo de la dignidad innegociable de la persona humana, estructura todas las relaciones sociales.

Bauman, habla  de lo duradero, de lo efímero, de lo pasajero. Estoy convencido que ninguna de las grandes conquistas de la democracia, se han cimentado en el cuto de lo efímero. Antes por el contrario, la firma creencia de que era posible estructurar la convivencia asegurando el orden, sin sacrificar la libertad, de que era posible coincidir en un credo cívico básico común a pesar de las diferencias, hizo posible los logros de hoy. Imagino una versión liquida de los derechos humanos y la contrapongo al esfuerzo gigantesco y duradero de la generación de la segunda postguerra que hizo posible la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un pensamiento líquido no habría permitido ese logro.

La descripción de Bauman de esta sociedad liquida, no es muy prometedora Escuchemos brevemente su descripción:

“hoy hay una enorme cantidad de gente que quiere el cambio, que tiene ideas de cómo hacer el mundo mejor no sólo para ellos sino también para los demás, más hospitalario. Pero en la sociedad contemporánea, en la que somos más libres que nunca antes, a la vez somos también más impotentes que en ningún otro momento de la historia. Todos sentimos la desagradable experiencia de ser incapaces de cambiar nada. Somos un conjunto de individuos con buenas intenciones, pero que entre sus intenciones y diseños y la realidad hay mucha distancia. Todos sufrimos ahora más que en cualquier otro momento la falta absoluta de agentes, de instituciones colectivas capaces de actuar efectivamente”.

Pero los párrafos transcriptos, estimo que no nos deben llevar al desaliento, sino que reconociendo la liquidez en que estamos, debemos procurar crear convicciones solidas que funden estructuras sólidas, aunque flexibles y cambiantes.

 

4)    AUSENCIA DE LIDERAZGOS CIUDADANOS

Muchas veces se da Una falsa oposición entre la ciudadanía y el liderazgo. No se excluyen necesariamente. Por eso prefiero utilizar el plural para hablar de liderazgo. El gran riesgo del  uso en singular del liderazgo, es que le atribuye al líder una suerte de infalibilidad en el ejercicio del mando. Tal vez sea este el rasgo dominante en el tipo de liderazgo carismático, pero no en todo tipo de ejercicio del mando. Hay un liderazgo democrático que no excluye el ejercicio de la responsabilidad  ciudadana, sino que por el contrario lo alienta y lo sostiene. De cualquier manera prefiero hablar el plural y digo liderazgos, colocándolo  en cabezas ciudadanos, para explicar una actitud que promueve, coordina y alienta la participación n de otros. Por ello utilizo delibera mente el plural y hablo de liderazgos, sujetos múltiples que pongo en cabeza de ciudadanos. Lo característico de la ciudadanía es participar y no delegar, el liderazgo en singular puede  no favorecer esto. Pero al poner los liderazgos ciudadanos como caracterizante de la ciudadanía y no como su contraposición, hago referencia a aquellos ciudadanos que no solo no delegan sino que son capaces de alentar a otros  a tener una actitud activa y participante.

La nueva presencia de los fusiles en América Latina. Venezuela, Cuba y Nicaragua muestran lo que llamo La presencia pretoriana al servicio de las dictaduras ideológica

 

5)    EL ESCASO INTERES POR LO PÚBLICO.

Se advierte con frecuencia una deliberada y desaprensiva actitud frente a las cosas comunes. Aunque parezca una verdad de Perogrullo, lo público es lo de todos. Muchas veces por entender que es una cuestión de todos, nos marginamos frente a lo que podemos hacer y nos sumergimos en nuestras propias preocupaciones e intereses. Se podrá decir que esta es una actitud propia de los seres humanos y que no debemos darle mayor trascendencia. Opino todo lo contrario, eludir nuestra presencia en lo público y en lo común, es aportar a que las cuestiones publicas sean resueltas por otros, Estos con frecuencia aprovecha de ese desinterés para hacer de lo público su negocio privado o la defensa de su interés sectorial.

Interés por lo público, supone informarse de las cuestiones en debate, oír los planteos existentes, criticar con fundamento, apoyar lo que consideramos correcto y justo. Como se ve  interés por lo público, no es mera especulación de diletante o apasionada discusión de “mesa de café”, sino que es involucramiento responsable en lo que es de todos. No siempre podremos encontrar el lugar y el espacio para expresarnos. Pero tratar de hacer ese espacio, es el principio del interés  por lo público. No es ninguna novedad el afirmar que el individualismo exacerbado es una tendencia y una tentación del hombre posmoderno. Hay mil maneras de justificar el desapego del interés por las cosas comunes y otras miles para encontrar la explicación  y o justificación del individualismo egocéntrico. Pero lo cierto es que la desaprensión por lo público de parte de los ciudadanos es la vía más segura para que arriben los interesados aprovechadores. Sarmiento solía decir que cuando los ciudadanos  honrados eluden sus compromisos con la política, los picaros se encaminan a la casa de gobierno.

 

 

6)    LA FALTA DE FORMACION POLITICA DE LA CIUDADANIA

Es increíble que se le dé tan poca importancia a esta cuestión. No me refiero a las declamaciones, que en general habla del valor de esta, como también se refieren en general a la importancia de la educación en la vida y en el desarrollo de los países, me refiero  al esfuerzo serio, consciente y deliberado de estimular, promover y crear las condiciones para que la ciudadanía adquiera formación política. Por cierto que es importante diferenciar aquí, lo que entendemos como genuina formación política. Distinguiéndolo de otro tipo de formación, que a pesar de recibir este nombre es simplemente un vulgar adoctrinamiento al servicio de un sistema autocrático. Aunque parezca simple es bueno volver a recordar que la  formación política del ciudadano supone el conocimiento de las reglas e instituciones que fundan la convivencia democrática. Esas reglas básicas están en nuestras Constituciones y están no son para conocimiento de expertos o discusiones de académicos, sino ante que nada para el conocimiento de los ciudadanos. Pero formación no es solo conocer, sino  generar actitudes acordes a lo que se predica. De nada vale saber que la tolerancia y el respeto a los derechos de los otros es valor fundante en una democracia, al propio tiempo que practicamos la intolerancia. Adquirir conocimientos, desarrollar actitudes, generar hábitos, forman parte de una formación política democrática.

El esfuerzo de la formación política ciudadana debe ser  compartido por múltiples actores, tales como: Gobierno, sistema educativo, partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones sociales. Este esfuerzo necesario y fundamental, si somos honestos, está lejos de su realización. Señalar esta deficiencia no es para quedarse en la pura crítica, sino para alentar a una modificación efectiva de la conducta de los actores señalados

Quiero hacer por ultimo una brevísima recorrida histórica de la democracia en la región y a la que he titulado:

La democracia y los escenarios posibles

Los setenta fueron en la región un tiempo tempestuoso en el que perecieron los regímenes democráticos y que bien podríamos llamarlo el reinado de los fusiles. Los grupos revolucionarios de distinta procedencia ideológica, entendieron que el cambio revolucionario era incompatible con las formalidades democráticas y como contrapartida las fuerzas armadas entendieron que la defensa del orden era también incompatible con la democracia. Digo que la democracia cayo abatida por el sonar de los fusiles que en nombre de la revolución, unos y en nombre del orden otros, termino fusilando a la democracia

La vuelta de las urnas. La primavera de los ochenta. Las calles llenas, a veces pacificas otras violentas. Las redes saturadas y saturantes. La revalorización de las urnas silenciosa.

 

LA DEMOCRACIA COMO TODO REGIMEN POLITICO ESTA SIENDO DESAFIADA POR ULTIMO EN TORNO A TRES CUESTIONES CENTRALES

 

1)    La unidad de conducción.

Lo primero, lo llamaremos de manera clásica el principio monárquico, Se trata de asegurar que el gobierno pueda imprimir un rumbo cierto. De nuevo los clásicos, que el gobernante cual piloto de un navío pueda conducir a este a su destino final evitando, encallamientos o naufragios. Esto es lo que se lama hoy gobernabilidad. La misma se encuentra amenazada por la anarquía y al evitarla surge la tentación del despotismo. Por eso es que a esta unidad de conducción la llamaremos gobernabilidad democrática.

Aquí debemos hacer un alto en nuestra reflexión acerca de la duración del mandato ejecutivo y las o las posibles reelecciones. Este principio monárquico al que me vengo refiriendo en nuestras latitudes se traduce en el gobierno de un presidente. Ello a imagen y semejanza del modelo presidencialista norteamericano. Es bueno recordar que en este caso no hay lugar para la colegiación, la diarquía o cualquier forma de compartir esa dirección única. Todas las experiencias que han mostrado alguna de estas formas han terminado afectando el principio de gobernabilidad. Ahora bien, hay siempre en el gobierno del único la tentación despótica. Por ello la necesidad de la existencia de contra frenos y la improrrogabilidad del mandato. En la experiencia de nuestro continente tenemos una variedad de soluciones y un tema que se reitera con frecuencia, la reelección. Dentro de las variadas soluciones tenemos el modelo norteamericano de un mandato de cuatro y posibilidad de una reelección. El mandato de cinco años y la necesidad de un intervalos de diez años para una posible reelección. La constitución venezolana de 1960.Un mandato de seis años con un intervalo igual para la reelección( La constitución argentina de 1853). Un mandato de seis años con la prohibición absoluta de reelección (La Constitución mexicana).Un mandato de cuatro o cinco año con reelección indefinida (Venezuela  y Nicaragua).Un mandato vitalicio (la Constitución de Haití, durante la dictadura de Duvalier).Cada una de esta soluciones tiene defensores y críticos,no es espacio este para un análisis detallado, pero si es posible hacer una afirmación. La duración prolongada de los mandatos en regímenes presidencialistas es un seguro camino a la destrucción de la democracia y la construcción de una dictadura.

2)    La participación de los mejores.

Lo segundo es  el principio aristocrático, entendido esto en su cabal sentido, la presencia de los mejores en la conducción de los negocios públicos., Soy consciente de la dificultad de asegurar la vigencia de este principio en un sistema democrático. Obviamente no estoy hablando de una aristocracia  de sangre, sino de la participación de los mejores. Imagino que hay varias vías para asegurarlo, aunque es por supuesto algo que debe ser permanentemente discutido y analizado. En primer lugar la formación de cuadros permanentes en la administración pública, que aseguren el principio de la idoneidad. La experiencia de la Escuela Nacional  de Administración Publica de Francia, no es el único ejemplo pero es buen indicador de como formar cuadros eficaces y permanentes, sin perjuicio de la presencia de los funcionarios que surgen del voto popular. Los partidos políticos están demandados de propiciar la formación y selección de los mejores para las candidaturas. Los funcionarios electos en cargos ejecutivos y legislativos, surge de la elección popular, pero tienen la posibilidad de designar un vastos cuerpo de asesores .En ese aspecto exista una magnífica oportunidad para hacer una selección de los mejores y no simplemente premiar lealtades políticas o gratificar servicios personales. Por último, en esta breve reseña el acceso a los cargos de la Administración pública por selección de antecedentes

3)    La participación popular.

Aquí estamos en presencia del principio democrático. Recordemos brevemente como se asegura el mismo, en principio por la elección  popular de los gobernantes. Esta debe ser una elección libre, sin proscripciones, competitiva y sin ningún tipo de fraudes. Dicha elección debe ser un procedimiento regular y periódico, con amplias posibilidades de contralor ciudadanos. Que las mayorías gobiernen asegura la participación popular, pero es insuficiente, ya que  es necesario asegurar la voz  institucional y el respeto de las minorías. Muchas veces se ha  criticado el sistema democrático representativo para valorizar las llamadas democracias plebiscitarias. Sin perjuicio de que un plebiscito genuino es una forma legítima de participación popular, utilizado como vía excluyente de los sistemas representativos, derivan siempre en dictadura.



[1] Por Lucia Santa Cruz. El Mercurio .26 de abril de 2019

[2] Sergio Suppo 2 de diciembre de 2018.

[3] Fuente: Crónicas (1944-1953), Albert Camus, Alianza Editorial)






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