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30/01/2012

UNA VISIÓN SOBRE LA CRISIS ESPAÑOLA


por Gerardo Cardenas Falcón


1.- La España aparente y la España real

Actualmente, hacer un viaje por España visitando sus grandes ciudades, sus mares, sus playas, sus paisajes o sus vías de comunicación, observamos un país normal, donde todo marcha bien: los vuelos puntuales, el tráfico intenso, las edificaciones grandes y modernas, los paseos y avenidas con mantenimiento impecable, las viejas glorias de España, vistas a través de sus antiguos edificios, pulidos y bien cuidados, diríamos como muchos turistas: “el país anda en buen pié, no se nota la crisis o está en otros países”.
Al descender, hacia la sociedad real y conversar con su gente, percibimos claramente la intensidad de la crisis que la aqueja. No falta familia que no mencione que alguno o algunos de sus miembros se encuentren en paro. Otros, en particular los funcionarios, hacen alusión a la reducción del salario. Los jubilados, reclaman por la congelación de sus pensiones y esperan que el nuevo gobierno cumpla con incrementarlas. Los taxistas se refieren a la crisis con menor preocupación, confían en el efecto dinamizador del turismo que ha vuelto a ser importante rubro de la economía española (56 millones de turistas el 2011). Los trabajadores del campo, mencionan del deterioro de sus  ingresos debido a los productos extra comunitarios y aún por los de la propia Comunidad Europea CE. Al inquirir sobre la salida a esta crisis, las opiniones no son positivas, salvo de los políticos que aseguran “que es temporal, uno o dos años de contracción económica y luego vendrá el pleno empleo”. El común de las personas con quienes tratamos, no vislumbran con claridad cómo superarla en el corto ni en el mediano periodo y menos aún alcanzar los índices de los demás miembros de la Unión Europea, en especial Alemania y los ubicados en el norte de Europa. Con cierto pesimismo expresan “Los países del sur europeo somos la periferia de Europa”.

2.- El Porqué  de la Crisis

Su origen es múltiple, en el que actúan agentes internos y externos. En el ámbito interno, como veremos, son diversos factores inherentes a la economía y la sociedad española en su conjunto y, entre los externos, la influencia de la crisis mundial, la retracción económica internacional y su pertenencia a la Zona Euro.

En el ámbito interno,  destacan principalmente:

·         El exagerado peso del sector inmobiliario en el PIB y la subsecuente  “Burbuja inmobiliaria” que explota finalmente entre el 2007 y 2008 en los Estados Unidos y conlleva a muchos países europeos y toca fuertemente a España.  
 
·         La baja productividad del trabajo restándole competitividad a la economía española, debido en gran medida a la limitada aplicación del I+D+i. (Investigación, Desarrollo e Innovación) por tanto una brecha en las tecnologías más avanzadas como la informática, las neurociencias (farmacología y patología nerviosa), la conectología (circuitos y redes cerebrales), la miniaturización gracias la nanotecnología, (manejo mictrométrico de aparatos e Instrumentos) y, otras “tecnologías de punta”  como los transistores de grafeno, la energía inalámbrica y las enzimas trasformadoras de celulosa, entre otros avances en los que España no tiene una presencia relevante.
 
·         La exigua tasa de crecimiento de la economía, debida al importante peso del sector servicios, entre ellos el turismo y actividades complementarias, que tienen un bajo incremento de la productividad del trabajo. En otros sectores de la economía donde es posible incrementar la productividad en gran parte por la aplicación de tecnologías de punta ésta se ha dado en baja escala en relación con otros países avanzados. A esta situación se añade la insuficiente formación tecnológica. Todos estos factores inciden en el reducido nivel de confianza para generar inversión e incremento de su capacidad de crecimiento.
 
·         El bajo nivel competitivo del sector primario en relación con países con mejores condiciones ecológicas para la producción de cereales, patatas, hortalizas, el algodón, la remolacha o el girasol. Sin embargo, productos como la vid y el olivo, tienen una fuerte competencia en la propia UE. Finalmente, la ganadería, requiere profundizar su proceso de tecnificación para ser competitiva en calidad y precios con otros países de la UE.
 
·         El costoso y poco eficaz aparato administrativo del Estado en casi todos sus niveles: nacional, autonómico y municipal, salvo contadas excepciones, salpicado de dilapidaciones y actos de corrupción (Aeropuerto de Castellón, estatua de 24 metros de Carlos Fabra, l Dirección General de Trabajo de Andalucía)
 
·         La singular situación del actual trabajador español promedio que es de bajas calificaciones y se refleja en su comportamiento, al interesarse preferentemente por labores poco exigentes en competencias técnicas y una alta expectativa en cuanto a su nivel de retribución. En consecuencia, al no encontrarla por falta de opciones, se dirigen a trabajos de menor esfuerzo y calificación especialmente en el amplio espacio de la economía informal española.  
 
·         El comportamiento frívolo y egoísta de la alta burguesía secundada por las clases medias, sumergidas en un alto nivel de consumo y disipación que no es compatible con la realidad económica y social del país.

 3.- El tema netamente económico

Quienes tenían a cargo las políticas de carácter económico y social  no supieron guardar el equilibrio entre ambas, privilegiaron las segundas y descuidaron las primeras sabiendo que éstas son la fuente nutricia de las otras. Llevaron a cabo  políticas económicas erradas, sin un análisis acucioso  de la estructura económica española y su relación con la propia sociedad hispánica ni con los otros miembros de la U E. Así, podemos apreciar que:

·         La estructura económica española, caracterizada desde hace varios años, por su gran dependencia del turismo y del sector inmobiliario, sabiendo que este último tenía un crecimiento descontrolado, casi sin ninguna regulación y si la hubo, fue saltada por la borda, gracias a la corrupción de sus controladores. No se planteó en su momento ni con el debido énfasis, la necesidad de fortalecer el crecimiento sustentado en la confianza necesaria  para una inversión dirigida a incrementar la capacidad competitiva de España, inversión canalizada hacia los requerimientos de una economía moderna, centrada en “sectores de punta” como la electrónica, las comunicaciones, la biotecnología, la robótica y la informática, la electromecánica, salvo pequeños islotes (energía renovable y biotecnología) que sólo implicaron a parte muy pequeña de la sociedad. Lo anterior dio lugar a un país inerme ante una crisis como la iniciada en el 2007 cuyos efectos aún continúan y continuarán por un periodo más o menos largo.
 
·         Se consideró como válido el mito neoliberal de que “El mercado lo resuelve todo” por tanto debería dejarse a que las fuerzas del mercado resolviesen este crecimiento macrocefálico del sector inmobiliario y sus complementos indirectos, considerado por mucho tiempo el “agente dinamizador” de la economía en su conjunto. El despertar fue amargo pues no crearon capacidad productiva ni competitiva, la construcción dinamizó  efimeramente y por corto tiempo la economía española.[1]
 
·         El sector financiero, a la inversa, estaba mucho más regulado que el inmobiliario por lo que  no experimentó similar nivel de crisis. Sabemos que la crisis financiera inicialmente es originada principalmente por la restricción de crédito bancario provocada por la crisis subprime en EEUU[2] que se expandió por todo el mercado financiero internacional.
 
·         A la crisis financiera, se añaden con gran rapidez y casi simultáneamente las alzas del tipo de interés, el incremento de los precios del petróleo,  de las materias primas y de las transacciones internacionales, lo cual acaba por generar una ralentización del sector de la construcción inmobiliaria y, luego, de los demás sectores de la economía dando lugar a la grave crisis que actualmente aqueja a España.
 
·         La crisis desencadenada se convertiría desde el 2008, en la primera crisis económica global, estimada como la más grave desde la segunda guerra mundial. Quedaron fuera pocos países como China por su enorme mercado interno y la calidad y precios competitivos de sus exportaciones, caso similar de Alemania y Francia cuyas economías con mayor grado de regulación interna (autogestión alemana y control estatal francés)  tuvieron bajos niveles de contracción y cuya recuperación está siendo menos lenta. Estados Unidos sufre una retracción similar por aplicación del “mito” en cuanto a “incosteables reducción de impuestos y guerras innecesarias”[3] reflejadas en su cuantiosa deuda interna que yugula su capacidad de crecimiento. Los países latinoamericanos sintieron un menor efecto de la crisis, debido principalmente al tipo de productos (Materias primas, Retails) de exportación, la vitalidad de los mercados asiáticos y políticas internas aplicadas por de los países de contención del gasto público y expansión de  la inversión privada.
 
 4.- Aspectos socio laborales
 
·         La población española tiende a envejecer. Según Naciones Unidas en 2050 España será el país más viejo del mundo con una media de edad de 55 años. Las cargas sociales de una población envejecida tienden a elevarse al ser un grupo poblacional no productivo y demandante de servicios de diversa índole los cuales deben ser ofrecidos en lo posible en el marco institucional de entidades ad-hoc.
 
·         La fuerza laboral, si en los próximos años no recurre a la inmigración, tendría serios problemas para mantener su capacidad productiva (Se estima que en ese año (2050) España habrá cuatro personas mayores de 60 años por cada niño/a, actualmente, 2010, los menores de 15 años y los mayores de 65 representan el 31 % de la población (14 % menores de 15  y17 % los  mayores de 65 años).[4] Asimismo, habrá que ofrecer opciones laborales para la población en edad productiva 18 a 67 años d(ado que la jubilación se incrementaría hasta los 67 años), en particular para el grupo etario menor de 30 años que en la actual estructura laboral no encuentra opciones capaces de satisfacer sus aspiraciones.[5]
 
·         El aparato productor español no está en condiciones de absorber la actual  mano de obra excedentaria en condiciones decentes de trabajo, pues éste exige altos niveles técnico, destrezas y calificaciones apropiadas  a fin de incrementar la productividad y  el ingreso y con ello, el crecimiento  en el conjunto de la economía española.
 
·         Los centros de formación de los diferentes niveles incursionan poco en las diversas áreas técnicas, científicas y tecnológicas capaces de  ofrecer carreras idóneas ello es debido al insuficiente número de supertécnicos que posean un conocimiento profundo sobre un área tecnológica determinada que le permita resolver problemas que los técnicos normales no están en capacidad de hacerlo. Estos profesionales contribuyen a generan mayor capacidad competitiva atraer más inversiones y por ende mayor crecimiento económico. 
 
 
·         El débil tejido empresarial con insuficiente número de empresas de dimensión suficiente para invertir y generar empleo, la baja inversión en tecnologías, salvo en energía renovable y biotecnología, se aúna el descenso de la capacidad emprendedora del español promedio y residente en la Península cuya mira sería crear una miríada de empresas de dimensiones diferentes capaces de innovación y de atracción de las inversiones para crear fuentes de trabajo estable.
·          El Estado español,  no ha establecido las reformas ni ha creado las entidades necesarias que genere un sistema bancario que financie el “entrepreneurship” de quienes tienen la voluntad, capacidad y conocimiento para crear nuevas empresas de diferentes dimensiones. Sin embargo, el español migrante lleva este sentido empresarial muy arraigado como se observa en el Programa de TV  “Españoles en el Mundo”
 
·         Endeble Sistema de apoyo a las iniciativas empresariales a través de bancos de tecnologíaincubadoras de empresas o de un sistema nacional de promoción apoyo, asistencia técnica y financiero en concordancia con las Cámaras empresariales, el sistema cooperativo y la economía social aunados a los gobiernos autonómicos o municipales.
 
·         Soslayamiento de una política fiscal estricta, como la impuesta por el Pacto de Estabilidad a los Estados miembros de la Unión Monetaria de la UE, que limita a corto plazo la función estabilizadora del Presupuesto, especialmente en situaciones de recesión a la cual se están encaminando algunos países como España, Grecia y Portugal. Los tipos de cambio fijos y la escasa movilidad de la mano de obra alteran la competitividad de un país, sin embargo, parece existir mayor voluntad de cambio en este sentido en la nueva administración como lo ha propuesto y declarado Mariano Rajoy.
 
·          La salida de la crisis sólo será posible si los agentes sociales (empresarios y trabajadores) toman conciencia de la necesidad de un reajuste en precios (beneficio) y salarios, hecho que anuncia el nuevo gobierno que de Rajoy; en caso contrario, el ajuste se producirá vía aumento del paro. Estas concertaciones implican cuentas públicas equilibradas o con superávit, le permitan disponer de un margen presupuestario que haga posible que el país no entre en una situación de déficit excesivo (según las normas comunitarias no sería superior al 3% del PIB).
 
·         La “cultura de estabilidad” que la Unión Monetaria Europea comporta, exige una “cultura de costes” que incidirá permanentemente en una modificación de la competitividad. En una “cultura de costes” la competitividad se manifiesta en productos, bienes o servicios dentro de  un nuevo diseño organizativo, que propicie redes dentro de las cuales se logren economías de escala con estrategias de diferenciación, que haga posible diferenciarse del conjunto en beneficio de quienes ejecutan las respectivas innovaciones. 

5.- - Pérdida de los valores tradicionales españoles

·         El trabajador español ha sido siempre reputado por su eficiencia, iniciativa  y niveles de formación compatibles  para el puesto a desempeñar en los países tradicionalmente receptores de mano de obra española, como Alemania, Francia y Suecia entre otros. Estas cualidades han ido difumándose en el tiempo para fin de acceder a labores de mediana tecnología y baja productividad como la construcción  inmobiliaria.
 
·         La visión más generalizada en esta época es que “ han fallado la sociedad y el Estado para ofrecerles puestos de trabajo en condiciones decentes, los que hay, suelen ser escasos y mal remunerados”[6], icluyendo el amplio sector del turismo.

6.-  Sociedad de consumo.

·         La sociedad española ha sido tradicionalmente sobria y ahorrativa e incluso con vocación de migrantes. Al tener el espejo de las sociedades más ricas sobre todo  europeas y americana les invita a desear “porque no vamos a vivir acá, en España,  igual que Inglaterra, Francia o Alemania si somos de la Unión Europea?” De este nivel de comparación influenciado por los medios de comunicación y sobre todo la televisión hacen ver que todo es alcanzable sin el debido esfuerzo. Deberá tomarse como ejemplo, en este sentido, el singular esfuerzo de Alemania para integrar a lo






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