La espera del niño liberador hacia otro mundo posible

Llega diciembre- y el Adviento-tiempo de espera de la Navidad-en medio del diálogo en Doha sobre la defensa del Planeta, con el clamor mundial en la ONU por el pueblo palestino, con noticias sobre el movimiento del Observatorio de la Escuela de las Américas, fundado por el P. Roy Bourgeois, y con las elecciones regionales en la República Bolivariana de Venezuela.

El tiempo de Adviento resulta significativo para las comunidades cristianas al prepararse a conmemorar la llegada del Niño Jesús. Más allá de la dimensión comercial, es útil discernir sobre cuál Mesías o Liberador, se espera. Pues así como en tiempos de la opresión del pueblo de Jesús por parte del Imperio Romano, quienes tenían la esperanza mesiánica en la llegada de un Liberador que viniese con ejércitos para enfrentar ese imperio, se sintieron defraudados, hoy también conviene preguntarse ¿Qué Liberador se espera en esta Navidad?.

Ya desde el arreglo de las figuras del Nacimiento o Pesebre empieza la alegría en el corazón humano. Cada quien desde la espiritualidad predicada por San Francisco de Asís, incorpora su propia creatividad en la confección, incluyendo mulas, bueyes, colocándole lo preciado de la creación cercana (elefantes, guacamayas o tucanes). Pues quien viene a refrescar el corazón humano, ese Niño Liberador, con toda su fragilidad e indefensión, y que padecerá los máximos tormentos humanos por parte de las fuerzas opresoras, políticas, sociales y religiosas de su tiempo, logra vencerlas con su mensaje y su resurrección e introduce en la historia, la semilla de un Reinado de amor comunitario que celebra la vida. Siempre llamando a superar todas las opresiones históricas con sentido trascendente.

De allí el mensaje de esperanza, de construir mediante su movimiento comunitario de seguidores, otro mundo posible. Y que se manifiesta también en toda la creación, como nos recuerda Leonardo Boff asumiendo el mensaje fraterno de Francisco de Asís y el esfuerzo espiritual y científico de Theilard de Chardin como Evangelio del Cristo Cósmico. Pues en este cambio de época el rescate de la espiritualidad con el sentido no sólo humano sino de toda la forma de vida, se hace necesario asumirlo con sentido trascendente para cambiar el rumbo suicida y rescatar a la hermana Madre Tierra y a toda la vida. En ese esfuerzo están presentes los movimientos sociales y sus gobiernos responsables, en especial desde América Latina y el Caribe, en Doha, para frenar el cambio climático.

También en la ONU para apoyar al pueblo palestino y lograr la paz en la tierra de Jesús.
Por otra parte, el P. Roy Bougeois, por haberse atrevido a reconocer el rol de la mujer en el sacerdocio afirmando: “Mi conciencia me obligó a romper mi silencio y abordar el pecado del sexismo en mi Iglesia”, ha sido excomulgado de su iglesia católica. Recibiendo innumerables muestras de apoyo que permiten afirmar también, que otra iglesia de la liberación es posible, más auténtica y ecuménicamente seguidora del Niño Jesús Liberador, reforzando el espíritu en las comunidades de buena voluntad hacia otro mundo posible.