08/09/2010
La dimensión humana en la globalización de la solidaridad
por Roberto Bertossi
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En un sentido de complementación internacional, cooperativismo y mutualismo equivalen a la acción transfronteriza entre comunidades políticas para “mancomunar afinidades, propósitos y esfuerzos solidarios, proactiva e inclusivamente.
De ello, tanto en la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) como en la Organización de Entidades Mutuales de las ameritas (ODEMA), encontramos expresiones cabales.
Lo cierto es que, esta internacionalización no debe prescindir antes que nada, de los principios cooperativos y mutuales liminares como de aspectos humanos, de género, jurídicos, económicos, geográficos, sociológicos y ecológicos.
Para ello, gradual y progresivamente se torna preciso tener visión y pasión por esta misión crucial, conocimientos empresariales responsables y perspectiva-prospectiva claras del contexto, conforme los datos últimos de los aspectos señalados con precedencia para lograr así y entonces, el avance y el alcance duraderos de estas organizaciones a escalas superiores, globalmente solidarias.
Esto implica combinar ricas tradiciones seculares organizacionales con un modelo empresarial propio de la económica solidaria civil que nunca ha cobrado tanta pertinencia como en estos tiempos; así esto implica alcance, profesionalismo y adaptabilidad de los movimientos cooperativos y mutuales en todo el mundo.
Para eso se deberá hacer fuerte hincapié en la colaboración empresarial como un uso inteligente y responsable de los desarrollos tecnológicos en orden a incrementar en valor, la eficacia cooperativa y mutual para derramarla en servicios y productos propios, característicos, eficientes y palpablemente solidarios.
Anticiparnos a los cambios en el contexto socioeconómico mundial respetando sus aspectos humanos, de genero, jurídicos, económicos, geográficos, sociológicos y ecológicos; los desarrollos cooperativos y mutuales deben conseguir su inclusión en la Agenda de las organizaciones internacionales Vg. : Las Naciones Unidas, el Comité para la Promoción de Incentivos a las Cooperativas y Mutuales (COPAC), la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Propuesta Interagencial OPS-CEPAL-OIT conformada por la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud, el Programa de Desarrollo de Recursos Humanos en Salud y el Observatorio de los Recursos Humanos de Salud en las Reformas Sectoriales-División de Desarrollo de Sistemas y Servicios de Salud etc.; una inclusión nueva e imprescindible para afrontar supranacionalmente los nuevos desafíos, aprovechar nuevas oportunidades para viejos y nuevos expedientes cooperativos y mutuales, lo que naturalmente reposicionará al movimiento cooperativo y mutual mundial de manera que recupere toda su preponderancia en el crecimiento económico con progreso civil global.
Por ejemplo, en lo concerniente con la ACI, aunque resulte notorio[1] que no es una institución que posea poderes normativos directos, su autoridad en materia de cooperativas está fuera de toda duda. Las referencias que tanto las Directrices de la ONU (. . . acaba de declarar al año 2012, como el Año de las Cooperativas!´) cuanto la Recomendación 193 de la OIT hacen a los principios sobre la identidad cooperativa establecidos por la ACI en Manchester, 1995´, y esto mismo supone que los Estados Miembros de dichas organizaciones asumirán tales principios como inspiradores de su legislación (en argentina aún es de un gobierno de facto del año 1973´!!!) y políticas cooperativas y mutuales. De esta forma, asistimos a una suerte de armonización axiológica universal, de especial interés para preservar la identidad cooperativa y mutual de los embates de la ola uniformadora de la globalización.
A consecuencia de estos logros, la ACI ha manifestado un interés creciente por los temas jurídicos y, en especial, por la necesidad de adecuar sus leyes y principios al nuevo marco social, económico, cultural y ecológico que tiene por coordenadas la globalización y la sociedad de la información, del conocimiento académico y la investigación universitaria.
Metodología.
En lo atingente a la justificación, explicación, predicción y construcción de una dimensión humana para la globalización de la solidaridad cooperativa y mutual, esto es la asimilación de los principios cooperativos y mutuales, corresponder señalar que su formulación y reformulación no es cerrada, sino abierta; y no utópica, sino objetiva y real, de acuerdo con las realidades y necesidades en cada tiempo histórico del genero humano.
Son fruto del pragmatismo evolutivo de la realidad, cultivada sobre razones que fundamentan y cimientan su institución.
Su establecimiento o redefinición se logra mediante el procedimiento o método sociológico de la observación, hasta sintetizar y condensar técnicamente de la vida de las cooperativas y mutuales como de su régimen, aquellas notas fundamentales que les son mas típicas, naturales, fuertes y características conforme sus propósitos y finalidades inclusivas.
Para tratar de entender los fenómenos cooperativos y mutuales en general es apropiado acudir a sus principios. Entendemos por principios las bases fundamentales que informan o deben informar la constitución y la vida de las cooperativas y mutuales en la doble concepción de estas: I) Como entidad o sujeto del derecho y, II) como empresa de servicios afines compartidos.
Finalmente, se trata de verdades o directrices, no dogmáticas, sino nacidas de la experiencia cooperativa y mutual; inducidas de la observación y proyectadas por deducción al mundo cooperativo y mutual en general, descriptiva, propositiva y refutablemente.
[1] Manuel E, Morán Garcia, “Internacionalización de las Cooperativas”, Pág. 155; Universidad de Alicante, España