Roberto Fermín Bertossi
Investigador Cijs / UNC.
El reformismo es una tendencia o doctrina que propone cambios y mejoras graduales en “todos” los ámbitos de la sociedad, en especial en el político-social.
Para
lograr el poder, los integrantes de la administración nacional actual no se
privaron de promesas, ni siquiera de aquellas de imposible cumplimiento, vg.:
´Pobreza 0´
Algunas
`falsías` …: “Pobreza 0”; todo lo prometido para el primer segundo
semestre 2016`; Tarifas y tarifazos pretendiendo (infructuosamente) eludir la
ley; la prepotencia de designar por decreto miembros del más alto Tribunal de
la Nación; ministros, secretarios y funcionarios sin experiencia para las responsabilidades
de su cargo (esto ya se cobró 46 muertes:
Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y 44
ex submarinistas) y/o demasiados errores, propios de supinas ignorancias como
fuera el capricho, la demora y la pérdida de todo un año de gobierno para la
realización de obvias audiencias públicas, tan
legales como constitucionales.
Inversiones:
Integrantes
del Poder Ejecutivo Nacional no dan buenas señales y espantan inversores cuando
en lugar de invertir en su país, tienen sus
propios millones en paraísos fiscales extranjeros, eludiendo tributos
argentinos y abortando innumerabilisímos puestos de trabajo para sus coterráneos.
Trabajo:
Según
el presidente Macri en el reciente coloquio 53º de IDEA realizado en Mar del
Plata, “el trabajo dignifica”. Entonces
cómo entender que nuestros jubilados y pensionados ordinarios que trabajaron y
aportaron “en serio”, son ahora mismo
los primeros que deben sacrificarse conforme una inconsulta, inequitativa y
cruel reforma previsional, la que ya cuenta con media sanción del Senado y la complicidad
de los gobernadores; toda una traición al indefenso sector pasivo que no puede
movilizarse ni hacer paros ni nada.
Así
las cosas y en tanto se persiste en ´sofocar´ a nuestros viejos, las mineras, la timba y el juego, ´las
bicicletas financieras´, las
excepciones, los privilegios, los fueros, etc.; rugen voraces, campantes y
rampantes.
Concomitante
y paradójicamente, los que criticaron con dureza y acertadamente que la mujer
de Julio De Vido integrara la Sindicatura General de la Nación, son ahora los
que designaron a la oficialista Laura Alonso en la Fiscalía Anticorrupción.
Por
ello, son cuanto menos contradictorias las palabras y las frases del presidente
Mauricio Macri pronunciadas recientemente; verbalizaciones que vienen siendo
contradichas por una realidad que revela demasiados incumplimientos
gubernamentales: (Vg. https://www.clarin.com/politica/12-frases-destacadas-mauricio-macri-coloquio-idea_0_SkNVBhC3W.html).
Lograr
creíbles políticas públicas, social y económicamente equitativas y veraces para
una sociedad más justa, en la cual finalmente prevalezca una economía del bien
común, es aún -entre nosotros- un objetivo insoslayable a conseguir.
Encarnar
un umbral de bienestar satisfactorio, capaz de orientar, guiar y sostener
buenas políticas y mejores prácticas intergeneracionales, continuará
absurdamente pendiente en tanto subsistan y se incrementen Vg., injustas
expoliaciones a nuestros pobres jubilados y pensionados. A propósito quién sino
ciertos infieles administradores de la cosa pública transaron y transan
–ignominiosamente- el más que legítimo júbilo y dignidad de los viejitos por las
más penosas ascuas para ellos y sus familiares.
A
la fecha en este país, el protagonismo ciudadano se agota el día de los últimos
comicios dado que posteriormente no participa ni gravita en los procesos
decisorios posteriores que le afectan y conciernen, tanto en términos de
dignidad como de su desarrollo humano, irrenunciable.
Con
todo, esperemos que nuestra “Ciudadanía sin edad” pueda ser mejorada y
transformada en este nuevo escenario con este nuevo gobierno, el que
inicialmente exhibió novedades de desafectación política y desidentificaciones
partidarias.
Alienta
esa expectativa la emergencia en el campo político de dichos nuevos actores lo
cual, de por sí, renovó la esperanza y sacudió el entusiasmo de
la mayoría de los argentinos.
Quizá
la impericia e “inocencia política” de dichos actores explica que iniciaron sus
mandatos subestimando la herencia recibida, a partir de lo cual empezó a latir
una inquietud colectiva generalizada la que día a día y mes a mes, fue
encontrando explicaciones, justificaciones y sobradas inquietudes al exhibir “estos novatos” a cargo del poder argentino,
recurrentes y profundas carencias de “timing político”, confundiendo quizá
política con empresa o, el arduo, fatigoso y generoso arte del bien común con
buenos y rápidos negocios; probablemente ganados por la soberbia de pensar que en
un periquete, solucionarían un problema y desafío nacional de medio siglo.