Veintinueve días
separan la conmemoración del Día Mundial del Ambiente, 5 de junio ppdo., que
tuvo como tema LA BIODIVERSIDAD en el marco del lema LA HORA DE LA NATURALEZA,
con la conmemoración del Día Internacional de las Cooperativas, 5 de julio,
cuyo lema es LAS COOPERATIVAS Y LA ACCIÓN POR EL CLIMA.
Dos efemérides
importantes que se complementan y potencian a través de la oportuna invitación
de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) que busca sensibilizar, pensar,
recuperar y fortalecer actitudes constructivas en favor de un desarrollo
cooperativo sostenible que cuide y mejore el ambiente.
Aunque
son celebraciones mundiales, nosotros desde Argentina debemos encauzar el
análisis y las acciones desde el mandato de la Constitución Nacional, que en su
artículo 41 dice: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras y tienen el deber de preservarlo”.
Apoyados por este
mandato constitucional, esta conmemoración debe tener una significación
especial para las empresas cooperativas que han adquirido una gran relevancia
en el ámbito empresarial, convirtiéndose en entidades socio-económicas de
importancia en la construcción de un dinámico desarrollo local/regional articulado
con el territorio para generar mayores ingresos, una equitativa distribución de
la riqueza y la disminución de conflictos de intereses.
Su relevancia
económica está acompañada por una matriz empresaria que tiene como componente
principista el ambiente. Desde una
concepción sistémica, está cohesionado y conectado por el criterio de identidad
cooperativa, con los componentes económicos, sociales y de gobernabilidad. De ello surge la obligación de profundizar
este compromiso en todas las decisiones y gestionado de la mejor manera para un
cambio positivo.
Es necesario
entender que el componente ambiental no es un obstáculo para el desarrollo
sostenible, por el contrario, es parte de la solución.
Hoy, atravesados por la dolorosa crisis
sanitaria producto del Covid -19, nos enfrentamos con situaciones nuevas que
debemos resolver teniendo en cuenta las señales ambientales y lo que significan
para nuestro futuro, para crecer y conseguir un buen vivir. Esta dura
advertencia global nos indica que existe un vínculo estrecho entre los
problemas de las pandemias y la crisis ambiental.
Por ello, nos
parece importante sumar y vincular de forma global los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) de la agenda 2030 de la ONU y, en particular los referidos al
planeta: n° 6. Agua limpia y
saneamiento; 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y
sus efectos; 14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares
y los recursos marinos para el desarrollo sostenible y 15. Proteger, restablecer
y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una
ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener
y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de
diversidad biológica, con el pensamiento y la
acción cooperativa acelerando su concientización y el trabajo sobre el sistema
de sinergias.
Es evidente que hay sectores y actividades
del movimiento cooperativo con mayor intensidad, escala y vínculo con el ambiente, pero
aumentar el alcance y el compromiso, es
una responsabilidad que requiere la acción de todos ya que con el ambiente no
podemos hacer lo que se nos ocurra o sea más rentable. Las cooperativas deben
producir y prestar sus servicios con criterios ambientalistas y seguramente
pensar y diseñar procesos de gestión e innovación abierta en armonía con los
recursos naturales.
En materia de preservación de los bienes
naturales, desde el movimiento cooperativo
y de las distintas ramas de actividad nos debemos preocupar y ocupar de
problemas reales y complejos como la pérdida de la biodiversidad, el cuidado
del suelo, los procesos de erosión y desertificación; el calentamiento global,
la emisión de gases, la descarbonización de la economía, la contaminación
atmosférica y del agua, la tala indiscriminada de árboles, bosques y selvas, la
desaparición de áreas naturales y de los humedales. Es imprescindible tener presentes los límites
que impone la naturaleza al desarrollo económico y la relación entre las crisis ecológicas y
las crisis sociales.
También este año,
y a fines del mes de mayo celebramos y compartimos - del 16 al 24 de mayo- el
5to. Aniversario de la Encíclica Laudato sí, (alabado seas) que es un documento
ecológico y una carta de navegación social sobre el cuidado del ambiente,
protección de la vida y crítica al consumismo, en que el Papa Francisco nos
recuerda “…la casa común de todos, donde todos somos parte y cuidadores de
ella...” y nos dice que “…la tierra está entre los pobres más maltratados…”. Ante los
problemas del Covid-19 que no representa algo prometedor para el ambiente y
frente a los desafíos que tendremos que asumir, hoy el Papa nos pide que seamos grandes y buenos
administradores de la naturaleza y que mostremos valentía en la innovación
experimentando nuevas soluciones y explorando nuevos caminos. (Papa Francisco,
La Vida Después de la Pandemia, Libreria Editrice Vaticana, mayo de 2020,
página 14).
El cuidado del
ambiente nos es un debate abierto, es
una construcción, un mandato para “cuidar el ahora” para el “mañana”. En este
98° día internacional de las cooperativas y del ambiente debemos concientizar,
profundizar, implementar y sostener nuestro compromiso en la acción cotidiana.
Porque en esta construcción se están poniendo en juego los valores de la cooperación.
Es momento de
desplegar voluntades, abrir diálogos intensos, documentados, y desarrollar acciones políticas claras para
recomponer y reconectar en el mundo y en la Argentina la relación del hombre
con la naturaleza, siendo las cooperativas un excelente puente de doble vía
para hacerlo asociativamente, en democracia y con sostenibilidad.
Eduardo H. Fontenla
Lic. en Cooperativismo y Mutualismo y Lic. en Ciencia
Política y Gobierno.
Junio de 2020
Anexo: Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030 de la ONU vinculados al
planeta.
El acceso a agua, el saneamiento y la higiene son un derecho humano y, sin
embargo, la ONU reporta que aproximadamente 2.400 millones de personas carecen
de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes y
letrinas y al menos 1.800 millones utilizan fuentes de agua potable que
está contaminada. Además, señala que más del 40% de la población a nivel
mundial se ven afectados por la escase de agua. En este sentido, este objetivo
reconoce la necesidad de realizar inversiones adecuadas en infraestructura,
proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene, para
poder garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para
todos.
La ONU señala que las emisiones de gases de efecto invernadero hoy superan
por más del 50% el nivel de 1990. Además, menciona que el calentamiento global
está provocando cambios permanentes y posiblemente irreversibles si
no se toman medidas urgentes. Este objetivo reconoce el cambio climático
como consecuencia de la actividad humana, y en este sentido señala la urgencia
de una acción inmediata. Por lo cual, propone desarrollar esfuerzos políticos y
estratégicos a niveles nacionales para reducir el riesgo de desastres naturales
y limitar el aumento de la temperatura media global.
Objetivo 14: Conservar y utilizar
sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el
desarrollo sostenible.
Los océanos proporcionan recursos naturales fundamentales como alimentos,
medicinas, biocombustibles y otros productos y servicios claves para la vida
humana. De acuerdo a la ONU, la contaminación marina proviene en su mayor parte
de fuentes terrestres y ha llegado a niveles alarmantes debido principalmente a
los desechos humanos, la acidificación de los océanos y la sobreexplotación de
peces. En este sentido, este objetivo propone ordenar y proteger de manera
sostenible los ecosistemas marinos y costeros de la contaminación terrestre.