El dinero como medio simbólico de adjudicación de valor de utilidad es imperfecto, como todo signo físico es incapaz de expresar y de determinar con equidad oportuna aquello que pretende representar. Si nos sometemos ciegamente a su determinación caemos en una idolatría de la exterioridad falsa. Cabe suponer que el dinero representó un avance cultural y económico si es que realmente representó la alternativa eficaz para disminuir el l robo y la rapiña, hecho todavía debatido por algunos historiadores económicos. . Pero también podemos constatar que el despojo, el robo , el envanecimiento y la envidia se alimentan por el dinero más que por los bienes materiales útiles y honestos.. Las instituciones consuetudinarias preromanas y las de la Alta Edad Media marginaron el dinero, ese lastre que pesa más que la vida y vale menos que el honor y el trabajo. La falsa medida del hombre es la falsa medida del dinero. Pero en el defecto de la tacañeria, donde el dinero se hipervalora, expresión del espíritu insensible y miserable se constriñe y su uso malévolo ; se estanca generando putrefacción. El economista francés Quesnay hablaba de la necesaria satisfacción de los intereses del mayor número de personas con el mínimo gasto. Es decir se realiza una maniobra de primeros auxilios asfixiando al herido en la última fase de la maniobra sanitaria de su supuesta recuperación.. Quesnay quizás sea más peligroso que el mismo A. Smith, ya que la armonía de «ese mayor número de personas» no incluye a la totalidad del pueblo, a la integridad de la sociedad que en el peor de los casos tiene la dignidad del consumidor.
Amartya Sen escribió de la Pobreza como privación de capacidad, de la pobreza secundaria. En las sociedades de capitalismo avanzado no hay pocos pobres primarios (escasos ingresos, escasa capacidad monetaria mejor pecuniaria) pero hay más pobres secundarios donde la vida plena, auténtica, la libertad positiva, la cultura que engendra liberalidad,….., no siempre es favorecida por el dinero. El ambiente natural y social influye en ocasiones más que el vil dinero en el crecimiento de esta pobreza secundaria.
Un poco de inflación, en ocasiones, es un buen síntoma respecto al funcionamiento de la economía, nada de inflación puede ser un electrocardiograma plano, ahora bien, una inflación importante y mantenida en el tiempo es una polilla para el tejido económico y sobre todo, es cierto, para las clases trabajadoras que gastan mayor porcentaje en los bienes básicos. Un impuesto extra para los desposeídos de la fortuna y del sistema. .