24/01/2011
ETICA, EVANGELIO Y DEMOCRACIA
por Guido Zuleta
La conmemoración de la democracia venezolana (23.01.1958), con la salida del dictador Marcos Pérez Jiménez, parece llegar, en 2011, en una crisis mundial de valoración de la misma democracia.
En Haití, luego de 25 años, el ex dictador Duvalier viene, según dice, a apoyar a su país sacudido por terremotos y huracanes. Mientras el presidente más elegido democráticamente, Jean Beltrand Aristide sigue expulsado en Sudáfrica y el país, ocupado por una Misión de la ONU, sostiene un cuestionado proceso electoral y un presidente Preval sin capacidad de decisión.
El aporte de la ALBA, en ella, Cuba y Venezuela, resulta significativo, al intentar una integración basada en la solidaridad, la complementaridad y la cooperación, como valores alternos al predominante libre mercado y máxima competencia del sistema neoliberal globalizado en crisis.
En USA, con comunidades que impulsan el cierre de la Escuela de las Américas formadora de dictadores y que intentan rescatar a sus hermanos presos, la visión fundamentalista neoliberal ataca al presidente Obama por generar un sistema social de salud. El cual, estando vigente en países de la democrática Europa, se debilita ahora, sacudida por una pretendida respuesta neoliberal extrema a la crisis financiera, con la angustia generada por el desempleo y actitudes de exclusión y rechazo al inmigrante.
Desde 1989, con la caída del muro de Berlín y los sistemas socialistas reales, por su carga burocrática, se impuso el sistema neoliberal global, con mayor fuerza luego del atentado a las Torres Gemelas (2001) y la respuesta de la Guerra Preventiva de George Bush que pasa por encima de organismos internacionales como la ONU. Ese año, sin embargo, la democracia venezolana es sacudida y deslegitimada éticamente por la aplicación de medidas fondomonetaristas, con una conmoción social neutralizada sangrientamente por el ejército. Crisis que hoy pareciese repetirse en países europeos.
La OEA impulsa la Carta Democrática, y sin embargo la tensión en la Venezuela, que había aprobado masivamente una nueva Constitución, con criterios de seguridad basados en defensa de los derechos humanos y profundización de la democracia, se hacía sentir. En una misa con participación ecuménica oficiada (23.01.2002)por los Sacerdotes Francisco Rondón, Juan Vives y Pablo Urquiaga, la pastora Migdaleder Mazuera y el Pastor Ramón Castillo, con la asistencia del presidente constitucional Hugo Chávez, se llama a valorar la democracia en el marco de la transformación positiva a construir. En el altar una frase de Monseñor Romero: “hay que superar el sectarismo y el fanatismo que impiden el camino liberador”. La misa fue cuestionada por autoridades eclesiásticas. Sin embargo, sirvió de meditación para dos marchas con tendencia a enfrentarse. El 11 de abril la oposición activó un golpe de Estado rechazado por un pueblo que revalorizó su democracia.
Hoy en medio de la atención a refugiados, en la Venezuela en transformación, con conciencia planetaria, se tiene la oportunidad, con la oposición reincorporada en la Asamblea Nacional y el PARLATINO, de revalorizar el camino de construcción socialista por una vía de democracia con ética, corrigiendo errores siempre con más y mejor democracia, en la dirección liberadora de la estrella orientadora de Belén.