El 24 de febrero de
1946,la formula PerónQuijano, se imponía a la formula Tamborini Mosca el
resultado inesperado, dio inicio a un ciclo muy distinto al anterior. El 22 de
noviembre del 2015,la formula MacriMichetti,se impuso a la formula Scioli –
Zaninini y da comienzo a un nuevo ciclo que será muy distinto al que dejamos
atrás.
Un buen amigo y agudo
periodista santiagueño, EduardoMaidana,días pasados, luego de la primera vuelta
presidencial, me hacia la siguiente reflexión. En aquella elección del 46,
emergió una realidad profunda, y posibilito un cambio histórico, para muchos,
impensado, hoyestá ocurriendo algo semejante.
Me apropio del
esquema y digo, efectivamente en los prolegómenos de la elección del 46, todohacía
suponer un triunfo de la alianza llamada Unión Democrática, que llevaba como
candidatos a hombres de la UniónCívicaRadical. Los medios de comunicación,
fundamentalmentegráficos y radiales, daban por descontado ese triunfo. Era lo previsible,
ya que la UCR había sido la gran afectada durante los años que se enmarcaron
entre dos revoluciones la de 1930 y la de 1943.Un recién llegado a la política,
aunque contara con recursos propios del gobierno de facto,no era pensable como
victorioso.
En realidad y másallá
de las interpretaciones que se puedan hacer de aquella elección, lo que estaba
ocurriendo era el agotamiento del largo proceso anterior y las necesidades más
profundas de un país que emergerían casi de improviso. Lo que ocurriódespués,
como todo proceso histórico, está lleno de luces y de sombras, no es este el
momento de hacer ese balance ni la intención de esta breve reflexión. Setenta y
dos años después, se produce algo semejante. Emergen los requerimientos másprofundos, de una
sociedad compleja. La misma, no se resigna a vivir con las antinomias del pasado
y busca comenzar otro etapa, no
pensando en un futuro de tierra arrasada,
sobre la cual se construirá una utopía,pero
si deseando vivir con másnormalidad, sin tener que elegir entre dramáticos
pasados que amenazan volver y epopeyas que mantener. Este nuevo ciclo deberesponder
a la necesidad de espacios de encuentros, que no eluden debates ni niegan diferencias,
pero que excluyen hegemonismos que castigan diferencias. Un nuevo ciclo que no
debe agotarse en discusiones acerca de las bondades y maldades del estado y del
mercado, sino que procura una política de alianzas efectivas y eficacesdel
Estado y el Mercado, que no excluyen el dinamismo de la Sociedad Civil que debe
ser estimulado. De un nuevo ciclo que valora la democracia conseguida, no por
el magnánimo designio de un príncipe iluminado, sino por el esfuerzo cotidiano
de todos. De un nuevo ciclo que clausure antinomias viejas y nuevas, que sea
capaz de poner fin a ese terrible “ ley del odio” de la que hablaba hace cien
año Joaquín V. Gonzalez. De un tiempo en definitiva que nos acerque a una
convivencia que busca la justicia sin abandonar la libertad.
Sé que algunos van a
pensar que esta elección es la derrota del peronismo y el triunfo del
antiperonismo. Quienesasí piensen me parece que se equivocan,no es este resultado
la derrota de un partido o de un movimiento político, en este caso el peronismo.
Doyrazones, pensar de esa manera supone que los gobernantes de hoy son la
expresión del peronismo. Este mas allá de muchasinterpretaciones, es algo más
complejo de los que invocan hoy su propiedad, Pero la razón principal a mi
criterio es que la expresión ciudadana ha decidido clausurar una época e iniciar
un tiempo distinto. En el habrá lugar,por supuesto para expresiones politicas variadas,
entre las cuales el peronismo, tendrá un lugar significativo. Ello si,en un
contexto nuevo, donde ninguna fuerza política, pormáshistoria, arraigo y o
logros que pueda invocar es la
propietaria de la genuina voluntad popular. Esta, siempre es compleja y cambiante.
Por eso la democracia es una tierra de diálogos,de mayorías, que son siempre
circunstanciales, que gobiernan y minorías que aspiran a gobernar.
Este nuevo ciclo histórico,
que insisto una vez más, no es el comienzo de un paraíso, pero que tampoco es
el fin de una revolución imaginaria obra
de gobernantes providenciales,es el
tiempo de oír las voces más profundas de reclamos no satisfechos .entre ellos
destaco el reclamo de ser oído y no
solamente el de oír la voz de los gobernantes, la necesidad de verdad en las
grandes y en las pequeñas cosas. El reclamo de honestidad vivida y de austero
desempeño de las funciones públicas.
El tiempo que
comienza, no es el inicio de la historia patria, historia que no comenzó hace
una década, sino que lleva ya doscientos años de vida independiente. Ciclo
histórico que no debe asumirse como fundacional y que no necesita de tutelajes protectores,
ni de gobernantes providenciales.
Quiero terminar con
una imagen muy cercana de las serranías cordobesas, el manantial que comienza a
fluir, dando origen a un arroyo de aguas cristalinas. Este manantial aparece
como de la nada, pero en realidad es el comenzar a fluir lo que venía corriendo
en las profundidades de la tierra.
El
agua fresca y clara que comienza a fluir en esta nueva etapa, no es obra de
seres providenciales, es la expresiones de millones de voces que se han hecho
oír en el silencio de las urnas. Nuestra
tarea de ciudadanos es a partir de hoy
en ayudar a que se mantenga fresca y clara el agua del manantial, en el que
anida la verdad, la honradez, la justicia, la libertad y el dialogo que incluye
a todos.